El dolor pélvico crónico es una molestia persistente en la zona baja del abdomen o pelvis que dura más de seis meses y puede afectar significativamente la calidad de vida. Puede estar asociado a causas ginecológicas, urológicas, digestivas, musculoesqueléticas o neurológicas, aunque en muchos casos no se identifica una causa concreta.

Este dolor puede ser constante o intermitente, y variar en intensidad. A menudo se acompaña de síntomas como molestias al orinar, relaciones sexuales dolorosas, trastornos menstruales o alteraciones digestivas. El abordaje requiere una evaluación médica exhaustiva y un enfoque multidisciplinar, combinando tratamientos farmacológicos, fisioterapia, terapia psicológica o intervenciones específicas según la causa.

El objetivo es aliviar el dolor, mejorar la funcionalidad y recuperar el bienestar emocional del paciente.